Las lluvias de Japón son asesinas
Japón no se libra de ningún desastre natural. El sábado sufrieron un sismo de 5,9 en la región de Kanto, y pocas horas después, una torrencial lluvia que ya llevaba unos días cayendo en el sur y oeste del país, arrasó con lo que el terremoto no había podido. Para evitar más muertos y desaparecidos, se han evacuado dos millones de personas de sus hogares. Si bien las autoridades cifran los fallecidos 54, los medios de comunicación locales aseguran que podrían haber pasado el medio centenar.
El agua, que cae desde hace tres días, ha provocado crecidas importantes en ríos, deslizamientos de tierra y miles de habitantes atrapados a los que los equipos de emergencia tendrán que rescatar.
En las zonas afectadas se han desplegado bomberos, policías y Fuerzas de Autodefensa (el ejército nipón), un total de 48.000 efectivos que afrontan grandes dificultades para rescatar a la gente debido a los problemas de acceso a las zonas más rurales, donde muchos vecinos se encaraman a los techos de sus hogares, donde lo han perdido todo, para poder ser rescatados. Muchas casas han quedado destruidas por la fuerza del agua.
Pero no solo las viviendas han quedado completamente inútiles y llenas de agua, sino que muchas infraestructuras, como carreteras o puentes, han sido destrozados por los deslizamientos de tierra.
Después de tres días de diluvio, no todo ha acabado aun: las fuertes lluvias durarán todo el domingo y la agencia de meteorología alerta de los posibles daños que pueden ocurrir – además de lo que ya ha pasado hasta ahora – por los desperfectos que el agua puede haber causado al terreno o a las construcciones.
Primer ministro, Shinzo Abe, ha ordenado el mayor despliegue posible de efectivos ante esta situación “extremadamente grave”, donde las precipitaciones están marcando récords. Desde 2014, Japón no vivía una situación similar. Entonces, casi 80 personas fallecieron arrastradas por las lluvias torrenciales.
