La estatua que compite por ser la más alta del mundo
A pesar de que el estado en que se levanta posee problemas en los fondos dedicados a la Salud de sus ciudadanos, India presencia como se erige una estatua que alcanzará los 212 metros, para convertirse en un símbolo del deseo de grandeza. La polémica se enciende por los niveles de pobreza en que viven miles de personas en esa nación.
India y China se hallan inmersas en una carrera por poseer la estatua más grande del mundo, y no es un secreto para nadie. El jefe del Ejecutivo estatal indio, Devendra Fadnavis, declaró a la prensa su deseo de superar a la vecina nación asiática sin dejar lugar a dudas: “La propuesta del templo de la primavera de Buda era de doscientos ocho metros de altura, y nuestro memorial iba a ser de doscientos diez. Pero las autoridades chinas hicieron algunos cambios en la base de la estatua para elevarla a los doscientos diez metros. Esto nos motivó a revisar nuestro diseño para aumentar la altura hasta los doscientos doce metros.”
El plan conllevará una inversión de al menos cuatrocientos cincuenta millones de euros, para levantar en su totalidad la figura ecuestre de un rey hindú sobre una isla artificial a orillas de Bombay, centro económico de la India.
Sin embargo, las polémicas al respecto no se han hecho esperar: la “estatua más alta del mundo “, que llegaría a ser dos veces más alta que la Estatua de la Libertad, multiplica los costes previstos en un país en que viven millones de personas en situación de pobreza y por si fuera poco, está dedicada a un personaje que puede herir sensibilidades político religiosas.
El personaje retrata a un rey del siglo XVII: Shivayi, quien llegó a ocupar gran parte de la región india hasta la invasión británica. Y a pesar de su innegable valor histórico, muchos han expresado que se trata de un intento por ganar el favor electoral de la etnia Narathi, mayoría en el estado indio, y de la que procedía el antiguo rey hindú.
Junto a los datos de la fastuosa fabricación, se evidencian los que más preocupan a quienes no apuestan por esta iniciativa: este mismo año, los gastos en salud del estado en que se levanta la estatua fueron menos de diecisiete euros por persona.