Los primeros aires electorales llegan a Bolivia
América latina está renovando sus líderes políticos. Cuba, Costa Rica, Colombia y ahora México. Bolivia no tiene elecciones este 2018, pero sí las tendrá el próximo año. Evo Morales dirige el país – que algunos se atreven a calificar de cuasi dictadura – y todo pinta que querrá seguir en la silla presidencial cuando las elecciones se presenten más cercanas.
Morales llegó al poder en enero de 2006 liderando el Movimiento al Socialismo, y desde entonces ha estado en la cima del país. En principio, el mandatario solo podía optar a dos reelecciones, la segunda de las cuales está terminando, pero en un intento para alargar su poder, convocó un referéndum. Debió ser un chasco para él que el resultado, por tan solo un punto y poco más, no le dejó volver a presentarse para la legislatura de 2020-2025.
El resultado no gustó a Evo Morales, que no tardó en decir que la oposición había orquestado una campaña en su contra, difundiendo noticias falsas. Fueren o no verdad las noticias que se habían difundido, el resultado había sido claro: No. Así que para arreglar el asunto tuvo que tirar de poder presidencial y judicial. Gracias al Constitucional bolivariano, se emitió una sentencia que volvía a habilitar al ya presidente para serlo tantos años como los resultados electorales lo permitiesen. Por encima de la Constitución.
Ahora, a 16 meses de los próximos comicios que podrían ratificar a Morales como jefe del Ejecutivo, los políticos empiezan a movilizarse, algunos con la esperanza de derrotar al presidente. Quizá podrían plantear una campaña unitaria. De momento, las primeras acusaciones con tinte electoral han aflorado. Por ejemplo, en el tema de Sanidad, ámbito en el cual el equipo del presidente prometió hospitales para todos, pero hasta la fecha poco se ha visto. Asegura que, en un año, se construirán un montón de hospitales. La oposición lo duda y se prepara.