La actualidad de Nicaragua es la tensión
Casi tres meses después del inicio de las protestas contra el presidente de la nación nicaragüense, este prefiere rodearse solo de los que le asienten cada palabra. Daniel Ortega asistió a un acto en la Plaza de la Fe, en Managua, capital del país. Allí conmemoró, junto a los congregados, el 39 aniversario de la Revolución Sandinista.
El gobierno y todos los que les apoyan consideran que la oposición está pagada por gobiernos extranjeros que quieren derrocar al actual mandatario. Con poca sutileza, Ortega apunta a Estados Unidos.
Hasta la fecha, las protestas han dejado más de 350 muertos, de los cuales 277 han fallecido en las manifestaciones contra los órganos de poder. La oposición no está para nada contenta; creen que el oficialismo controla no solo el Gobierno, sino que todas las instituciones del estado, que ejerce una represión brutal contra los que no piensan como ellos.
La iglesia, que mayoritariamente se ha puesto de parte de la oposición, pide, a través del arzobispo de Managua que el pueblo pueda expresar su opinión a través de unas elecciones libres y transparentes. Leopoldo Brenes añadió, además, que para garantizar su transparencia, era necesaria la presencia de observadores internacionales.
Pero pese a las demandas de los manifestantes, el presidente no parece dispuesto a dar su brazo a torcer. Los sandinistas, sus partidarios, también se quejan de la violencia con la que protestan los opositores.