Nuestro sistema inmune y nuestro cerebro se parecen
Un equipo de científicos de la Universidad Nacional Australiana (UNA) en Camberra, han liderado el hallazgo de una actividad similar a la del cerebro en el sistema inmune. Descubrimiento que los especialistas consideran, promete mejores tratamientos para el linfoma, las enfermedades autoinmunes y los trastornos de inmunodeficiencia, según declaran en el estudio publicado en la Revista Nature.
La Dra. Ilenia Papa, de la Escuela de Investigación Médica John Curtin, de la UNA e investigadora principal del estudio confirmó por primera vez que las células inmunes humanas contiene partículas que tienen neurotransmisores que incluyen dopamina, la cual juega un papel sumamente importante en las respuestas inmunes del organismo. Según explica la especialistas ‘’antes se pensaba que estas partículas solo existían en las neuronas del cerebro’’, y constituyen una ‘’excelente meta para que las terapias aceleren o disminuyan la respuesta inmune del cuerpo, dependiendo de la enfermedad con la que nos estemos enfrentando’’.
La dopamina es un neurotransmisor que, entre sus numerosas funciones, el cerebro tienen un importantísimo papel en la atención, el humor, el aprendizaje y principalmente en los procesos de motivación y recompensa. ‘’Al igual que las células T especializadas trasnfieren dopamina a las células B lo que ofrece ‘’motivación’’ adicional a estas para producir los mejores anticuerpos que puedan para ayudar a mejorar una infección’’ señala Papa. ‘’El Cuerpo humano ha desarrollado una forma avanzada de protección contra las bacterias, virus y otros cuerpos extraños que depende del sistema inmune. Las respuestas inmunes son necesarias para reconocer y defender el cuerpo de sustancias que resultan dañinas y extrañas para el individuo’’, agrego la investigadora.
El estudio, que implicó la colaboración de expertos de numerosas nacionalidades como Estados Unidos y China, ha colocado en el debate médico un nuevo hallazgo que podría contribuir a controlar los procesos de reacción, en cuanto a la respuesta inmune, de numerosos pacientes. La posibilidad de controlar esto podría mejorar claramente la situación de salud de las personas que padecen enfermedades que afectan el sistema inmune, acelerando el tiempo de recuperación o dotarlos de los recursos propios del organismo necesarios para vivir, al menos, con mayor calidad de vida padeciendo estas dolencias.