La sensualidad, un elemento de equilibrio
Más allá de una mirada intrínseca entre dos almas, el amor se basa en mirar los dos hacia una misma dirección. Debe darse prioridad a los placeres que trae consigo y que a veces quedan olvidados con el paso de los años. El sexo, aunque parezca un tema inapropiado es un punto de suma importancia para el bienestar de las parejas.
Es relativamente fácil dar prioridad a casi todo antes que al sexo, preparar el desayuno, los niños, el trabajo, los quehaceres, pagar las facturas, etc. Si no se sitúa al sexo en una posición eminente dentro de la escala de valores, la relación entre pareja perderá ligeramente interés y eficacia. Reservar un espacio a las relaciones sexuales, como medio importante en la relación ayuda a conservar la llama viva.
El deseo de conservar una vida sexual con todo el atractivo, se basa en otorgarle el lugar que le corresponde, ni más ni menos, solo el justo y necesario para establecer un equilibrio emocional y positivo. Aquello que no se espera es la clave que mantiene viva el romanticismo y la atracción sexual, de manera que con pequeños regalos, cenas románticas, fines de semana íntimos, siempre que la pareja no se lo espere serán mano de santo para esta carencia. Una simple palabra de elogio acentuada con una voz dulce y tierna puede producir grandes sensaciones, es imprescindible no perder la inquietud por saber al dedillo las fantasías sexuales de cualquier miembro de la pareja y realizarlas conjuntamente. No dejar atrás el arte de descubrir, de comunicar, de complacer, de seducir, de penetrar y de relajarse. El aspecto físico y la manera de vestir son armas a implementar en la conquista diaria, si le gusta ser deseado deberá esforzarse para cautivar la atención de su pareja.
Cuando un hombre y una mujer consiguen hacer el amor con la frecuencia deseada alcanzarán un grado de armonía y felicidad importante. Dicha gratitud puede cambiar su relación con las personas que les rodean y consigo misma logrando una positividad que elimina el estrés al que nos encontramos sometidos diariamente. Amar a la persona con la que decidimos compartir el resto de nuestras vidas implica compartir con ella el arte de la sensualidad.