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lunes, 7 de mayo de 2018

Los perros son los nuevos narcos

Por javierpratts

Las miles de formas para trasladar la droga de un lugar a otro, especialmente entre diferentes territorios nacionales, han variado considerablemente en el trascurso de los años, como consecuencia del trabajo policial y aduanal en el descubrimiento de estas novedosas estrategias. No obstante el ingenio de los narcotraficantes y los que trabajan para ellos no tiene límites, por lo que actualizan estos mecanismos con mucha creatividad.

Esta vez, la creatividad la encontramos en un veterinario de nacionalidad colombiana que utilizaba cachorros de canes, perros, para traficar droga, en concreto, introducía heroína en los Estados Unidos. El sujeot, quien fuera deportado por España, se enfrentará a una condena de unos diez años en prisión; una corte en Brooklyn será la encargada de juzgarlo. El colombiano fue extraditado este martes hacia Estados Unidos, de acuerdo a lo informado por medios locales españoles.

El mecanismo que utilizaba el acusado para traficar la heroína, puede ser calificado como abusivo para los más amantes de los animales. El colombiano introducía envoltorios de heroína líquida en el interior del cuerpo de los cachorros, que luego eran enviados en vuelos comerciales hacia Estados Unidos, puesto que a estos no solían tenerlos en cuento en los controles de droga. Una vez que los perros llegaban a suelo estadounidense eran nuevamente operados para extraer la droga. Gran parte de los animales, fallecían al ser sometidos a la segunda operación, más bien eran asesinados, puesto que conocían perfectamente lo que podría ocurrirles.

Se trata de un abominable acto para lucrarse, ya no solo proveyéndole drogas como la heroína a miles de jóvenes que se encuentran sumergidos en el confuso mundo de la drogadicción, sino que además cargan con la muerte de seres vivos en este proceso. Si a todo ello le sumamos la repercusión y las consecuencias que acarrean las facilidades de tráfico, a los consumidores, la culpabilidad de los implicados se multiplica.

La jueza encargada del caso, Marilyn Go, ha dictado una orden de detención sin fianza para el veterinario de 38 años, que podría cumplir una condena de diez años en un futuro cercano. Además, el fiscal federal de Brooklyn, Richard Donogue, acusó al sujeto de "traicionar su juramento de veterinario, que lo obligaba a evitar el sufrimiento de animales, cuando usó sus destrezas de cirugía para contrabandear heroína en el vientre de los cachorros". Definitivamente un acto que lo hace indigno de ser llamado ‘ser humano’.