El primer ministro más viejo del mundo es malayo
La noticia ha recorrido el mundo, y no es que importe mucho internacionalmente lo que ocurre en la política de Malasia (sin ofender a los malayos), pero no todos los días un anciano de 92 años toma las riendas de un país. Y es que en las recientes elecciones legislativas de la pequeña nación asiática, Mahathir Mohamad derrotó al premier Najib Razak y puso fin a seis décadas en el poder de la coalición oficialista Barisan Nacional.
Mahathir Mohamad es un veterano en la política. Ya ocupó este puesto una vez durante 22 años (1981-2003). En ese entonces quizás no imaginó que regresaría a su antigua oficina al final de su vida. Lo cierto es que seguro sin proponérselo ha establecido un record, y hasta puede que engrose la lista de los Guinness como el Primer Ministro más viejo del mundo, porque parece poco probable que alguien en algún momento haya tenido un mejor average.
¿Pero cómo este señor se ha ganado el voto de la mayoría del país a estas alturas de su vida?
Mohamad fue miembro del partido UMNO, uno de los que conforman la coalición oficialista que gobernó al país desde que dejara de ser colonia en 1957. Como parte de sus filas llegó al poder en 1981 e inició en el periodo de gobierno más largo de la historia de Malasia. De hecho, Najib Razak, el derrotado primer ministro, fue su discípulo. Y todo estaba bien hasta que estalló en 2015 un escándalo de corrupción entorno a Razak. Se le acusaba de haber desviado a sus cuentas privadas la bonita suma de 681 millones de dólares del fondo estatal 1Malaysia Development Berhanrd (1MDB).
Entonces Mohamad decidió encabezar una coalición, Pakatan Harapan, contra su antiguo partido, y enfrentar a Razak. Carismático y con un gran prestigio, se granjeó 122 escaños de los 112 necesarios para gobernar el país. Su campaña estuvo enfocada en los jóvenes, y según sondeos fue definitorio el voto de la llamada generación Y – personas entre los 34 y 40 años.
Mohamad ha anunciado que delegará el poder dentro de dos años en Anwar Ibrahim. Este está en prisión, condenado por segunda ocasión por sodomía, un delito en el país musulmán. Pero en quien el nonagenario ha depositado toda su confianza. Aunque penalizado, toda parece indicar que es considerado menos grave ser sodomita que ladrón.
En cuanto a Razak, el nuevo primer ministro ha declarado que no es su intención cobrar venganza, sino restablecer “el imperio de la ley” en el país, pero que será juzgado por los delitos de los que se le cusa si así lo determinan los tribunales.
¿A qué han sido entretenidas estas elecciones en Malasia?
