¿Viaja el polvo del Sahara?
No es broma, ciertamente el polvo del desierto del Sahara viaja, y puede llegar hasta el Caribe. En ocasiones, el cielo se ensucia y no se le ve el azul habitual. Los culpables son los vientos dominantes de la zona tropical que transportan ese polvo hasta acá.
Esa capa de aire, seca, puede extenderse hasta 20 000 pies, según alertan los científicos. Advierten además que miles de toneladas de fósforo están contenidas en las masas de polvo y proporcionan nutrientes indispensables para la salud de la selva del Amazonas cada año.
Investigaciones realizadas confirman que cuando las finas partículas caen al océano, favorecen la propagación de algas tóxicas en el golfo de México y el sur de la Florida. En el caso de las costas españolas provocan la aparición de mareas rojas y además inciden en la salinización de los suelos del sur de la península ibérica, Baleares y el litoral mediterráneo.
Ese polvo del desierto influye negativamente en la salud humana. Existen pruebas que demuestran que contiene virus, ácaros patógenos y bacterias que provocan alergias y problemas en la piel. Registran también la posibilidad de la presencia de un hongo endémico de África que influye negativamente en los arrecifes de coral en el Caribe.
No pocos meteorólogos coinciden en afirmar que esa capa de aire del Sahara se relaciona de manera significativa en el surgimiento e intensidad de las tormentas tropicales y huracanes. Es que pueden debilitarse por el aire seco, y a su vez este puede suprimir las corrientes ascendentes de la tormenta.
Lo terrible es que además el polvo del Sahara arrastre enfermedades. NO en vano hasta los oftalmólogos se mantienen alarmados por nuevos brotes de conjuntivitis. Se extreman las medidas de higiene y se mantienen informados de estas olas de polvo a nivel mundial que de un hemisferio al otro pueden impactar.