Momo llega a América Latina
La Unidad de Investigación de Delitos Informáticos ha desplegado un estudio de cómo surgió este juego que ya preocupa más allá de lo inocente, pues amenaza con manipular a adolescentes para que cometan hechos que pueden poner en peligro su imagen personal y la de otros, y hasta inducir la depresión.
Los usuarios comenzaron a denunciar que si enviabas un mensaje a Momo, podían recibir respuestas amenazantes y hasta ver compartida su información personal en redes.
Se trata de Momo, el nuevo dolor de cabeza de las autoridades de Latinoamérica, donde lo que aparentemente es un juego online se va convirtiendo en un peligro para la privacidad de los usuarios de Internet, sobre todo, la de los adolescentes.
Sin embargo, la región no es la única afectada, pues sus efectos ya se sienten en naciones diversas, como Francia, Estados Unidos o Alemania.
Desde la cuenta de Momo, se envían mensajes acosadores a todos los que reciben su solicitud o escriben a su número. Sin embargo, dar con el paradero del usuario de Momo, quien creó todo este fenómeno, es harto difícil, y hasta el momento lo que se conoce de su origen es que ha generado mensajes de al menos tres números: uno desde Japón, otro desde México y un tercero desde Colombia.
Su origen primero, al parecer, es el japonés, pues la terrorífica imagen que le da identidad se trata de una escultura del país nipón, llamada la Mujer pájaro, expuesta en 2015 en una galería de arte alternativo. Por el momento, la información parece ser la vía de prevención para alertar a la mayor cantidad de usuarios.
Otros de los peligros de momo además de manejar información personal, es que puede manipular a los usuarios para inducir depresión, ansiedad, e incluso puede llegar a extorsionar.
El antecedente más próximo de este aparente reto viral es la ballena azul, un aparente juego inocente que escondía en realidad incitaciones al suicidio y a cometer acciones violentas y estaba orientado a manipular al público adolescente principalmente. La policía y autoridades de varios países se han puesto en alerta e intentan alertar a los jóvenes de que no se unan a este reto de apariencia inocente pero de fondo peligroso.
