México, parte de la memoria del mundo
México, que tanto ha aportado a la historia y tradición del mundo, tiene un nuevo motivo para celebrar. La Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), declaró “Memoria del Mundo” a tratados internacionales firmados por el país entre 1823 y 2016, teniendo en cuenta su valor excepcional y el marcado interés que representa para el “patrimonio documental de la humanidad”.
La buena noticia fue difundida por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México, en un comunicado. Según el texto, dichos archivos se encuentran guardados en la Bóveda de Tratados del Acervo Histórico Diplomático de esa entidad.
Ahora bien, ¿qué significa este reconocimiento? Pues con esta decisión, se garantiza la difusión y preservación de más de 12 000 instrumentos jurídicos internacionales que fueron suscritos por México bajo los principios de su política exterior. Los funcionarios señalaron en su comunicado que, con dicha distinción, la Cancillería mexicana se convierte en depositaria directa de dos registros patrimoniales avalados desde ahora por el organismo de la ONU
Los tratados en cuestión son: "El Tratado para la Proscripción de Armas Nucleares en América Latina y el Caribe”, conocido también como "Tratado de Tlatelolco", que fue declarado como Memoria del Mundo para América Latina y el Caribe. Además, la Bóveda de Tratados de la SRE y su contenido documental, que ya antes habían sido reconocidos como registro patrimonial histórico de México.
Creado en el año 1992, el Programa “Memoria del mundo” es una iniciativa de la UNESCO con el objetivo de conservar el patrimonio documental del mundo, albergado tanto en bibliotecas como archivos o museos, como símbolo de la memoria colectiva de la humanidad. Ese patrimonio refleja la diversidad de los pueblos, culturas e idiomas, y por lo tanto pertenece a todos y debe ser debidamente preservado, protegido y accesible para todos.
Según la Unesco, el patrimonio documental enfrenta severas amenazas en la actualidad, tales como saqueo y la dispersión, la destrucción, el comercio ilícito, así como la frágil particularidad de su soporte, la obsolescencia del almacenamiento y la falta de financiamiento. De acuerdo con los antecedentes de creación del Programa, esta situación está causando que gran parte del patrimonio documental haya desaparecido, en algunos casos para siempre, y otra esté en peligro.
