La pobreza es más perjudical para los niños
Definitivamente la pobreza es una condición social que afecta diferentes dimensiones de la vida social en los seres humanos, desde la salud, la educación e incluso las relaciones e interacciones que mantienen con otros grupos sociales. Condición que afecta significativamente numerosos aspectos de la vida infantil de los niños que pertenecen a familias pobres que también sufren de exclusión y discriminación social, tanto por parte de la sociedad como del Estado y sus respectivas instituciones. En los pequeños esta situación no solo puede influir es su nutrición sino también en sus resultados escolares y el desarrollo cognitivo y emocional de los infantes.
Un estudio realizado por la fundación Bill y Melinda Gates, revela la incidencia de la pobreza en la actividad y el desarrollo cognitivo en niños de Bangladesh. Los resultados del estudio sugieren que la mala higiene relacionada con la pobreza también presenta repercusiones negativas en los pequeños. Otros factores como la crianza y las circunstancias ambientales inciden en el desarrollo cognitivo de los niños en situación de pobreza, quienes se encuentran claramente diferenciados en los colegios de los menores pertenecientes a clases más altas.
La educación familiar incide notablemente en la formación de los pequeños, principalmente en lo relacionado a los valores y la visión del mundo que deben tener; lo cual les perjudica, no solo a nivel docente en sus escuelas, sino también y quizás más importante, en sus relaciones e interacciones sociales tanto con los otros estudiantes como con sus profesores. Por otra parte las circunstancias medioambientales que rodean a niños y niñas que se encuentran en estos grupos vulnerables también influyen en su desarrollo personal, principalmente en los elementos que tiene que ver con la salud. La insuficiente higiene que pueden tener en sus hogares, el contacto con numerosos focos de enfermedades en sus comunidades constituye hechos amenazantes para el desarrollo de estos pequeños.
De igual forma la mala alimentación a la que están acostumbrados incide significativamente en el proceso de desarrollo provocándoles nutrición, entre muchas enfermedades, ya que no ingieren las proteínas y carbohidratos necesarios para el organismo, fundamentalmente en las diferentes etapas del crecimiento. El estudio anteriormente señalado manifiesta que igualmente la desnutrición durante los primeros años de vida de los niños repercute significativamente en las funciones cerebrales de los pequeño, provocando daños graves e irreversibles en el desarrollo cognitivo. La investigación señala además que la desnutrición de las progenitoras durante el embarazo y en los primeros meses de lactancia de los bebés de igual forma incide de forma negativa en el adecuado desarrollo cerebral. Situación que claramente le impedirá desarrollarse adecuadamente y de forma progresiva en el colegio, provocando lo que se puede denominar como una situación en cadena, en la que estos niños se ven expuestos no solo al fracaso escolar sino también a la exclusión y discriminación en la que finalmente derivan todas estas situaciones.
No obstante una de las principales prioridades internacionales es que prime por encima de todas las dimensiones del desarrollo humano, la evolución de la infancia, principalmente en indicadores como la salud y la educación; objetivo que siempre se encuentra en el tope de la lista de prioridades de la UNICEF. Esta institución debe velar por la protección y seguridad de los niños y niñas que se encuentran en situaciones vulnerables de pobreza y exclusión social, presionando a los gobiernos a que, en sus programas nacionales, prioricen la atención a aquellas familias que tienen a su cargo menores de edad, así como las instituciones de acogida.
Sin embargo esta dinámica relatada en relación a la pobreza simplemente está respondiendo a su ciclo de reproducción en el cual, los niños procedentes de familias vulnerables o en situación de pobreza seguirán reproduciendo esta lógica porque las estructuras y procesos sociales así lo facilitan. El objetivo que debemos perseguir es el de presionar a los gobiernos con el propósito de que se realicen avances en cuanto a los programas y políticas, tanto internas como internacionales que contribuyan a insertar estas familias en el entramado social con el empleo, la seguridad social, el acceso a la educación y la salud gratuitos, entre otras soluciones que permitan detener este ciclo de reproducción. Aunque esta dinámica parece ser eterna en nuestra sociedad capitalista, consumista y deshumanizada, no debemos perder la esperanza de un mundo mejor.