El apetito emocional puede estar afectando tu vida
Un estudio de University College de London revela cómo surgen los patrones de trastornos alimentarios en nuestros niños, y da consejos para superarlos. El apetito emocional, es la tendencia estudiada, y afecta a miles de personas alrededor del mundo. Consiste en utilizar la comida como consuelo o premio ante situaciones de la vida.
Estás aburrido y no sabes qué hacer con tu tiempo. O has tenido un día difícil y llegas a casa agotado emocionalmente. Entonces miras al refrigerador y comienzas a comer cuanto aparezca, eso es precisamente lo que se llama emotional eating y puede ser muy dañino.
Detrás de ese hábito, si se convierte en tendencia en nuestra vida, puede haber una relación insana con los alimentos que tiene su origen en nuestra vida desde la niñez.
Un estudio de la University College de London reveló que precisamente la familia es el factor desencadenante de lo que se llama apetito emocional. Por ejemplo, suele ser un error muy repetido, el darle consuelo a un niño que llora ofreciéndole comida, o comer en un ambiente de estrés en la mesa.
Más de 400 gemelos fueron estudiados en esta investigación, para determinar cómo sus patrones de comportamiento con la comida revelaban malos hábitos en la mesa. La Doctor Clare Llewellyn, autora principal del proyecto, afirmó que la clave para prevenir una relación insana con la comida es detectar si estamos recurriendo a ella como una vía de escape con respecto a algún problema o situación de nuestra vida.
Según el equipo de investigación los hábitos más importantes hacia la comida comienzan a forjarse en edades preescolares, una etapa muy importante en que se enseña, por ejemplo, el ritmo, el ambiente y con qué sentido se come. Las recomendaciones finales de este estudio, sobre todo para los padres, son evitar que los pequeños perciban la comida como un consuelo o premio ante algún malestar de los niños. Y también es esencial crear ambientes sanos y armoniosos a la hora de ingerir alimentos en la casa.
En lugar de ofrecer dulces o comida como consuelo, es recomendable sentarse a conversar con los pequeños y preguntarles sobre sus problemas. Enseñarles a lidiar con las situaciones de la vida desde otra perspectiva puede alejarlos de los trastornos alimentarios.