Los globos que remplazarán satélites
Los globos ultraligeros de gran altitud sustituirán en poco tiempo las tareas de los actuales satélites para explorar y conquistar el espacio cercano. Con menores costos, mayor facilidad de regreso a Tierra y una distancia necesaria mucho menor, estos nuevos dispositivos lanzan a Estados Unidos y China a una carrera espacial veloz
Tras el lanzamiento de Sputnik al espacio, en 1958, Estados Unidos y Rusia, entonces URSS, se implicaron en una carrera por conquistar el espacio que traería el lanzamiento de los satélites como piedra angular del alcance espacial.
Los satélites han sido desde entonces los reyes de monitoreo climático, comunicaciones, telefonía, y otras múltiples tareas sin las que el mundo de hoy se haría de nuevo obsoleto.
Sin embargo, a la altura de este siglo un nuevo “personaje” hace su entrada a la carrera espacial: los increíbles globos ultraligeros de gran altitud.
Las ventajas de estos dispositivos frente al uso de los satélites es más que evidente: necesitan de una distancia mucho menor que los satélites (unos 3 kilómetros), cuestan mucho menos que aquellos, y pueden regresar con mayor facilidad a la Tierra para ser actualizados.
En los puntos atractivos está el tamaño. Estos globos son verdaderamente gigantescos, llegando a alcanzar siete veces el tamaño de la Catedral de San Pablo en Londres. Y están fabricados de plástico e inflados con helio.
La mayor dificultad para utilizarlos en la carrera espacial es aprender a dirigirlos, pues solo se desplazan impulsados por la dirección del viento. Pra conseguir que estos globos lleguen al punto deseado ha sido necesario manejar numerosos datos climatológicos sobre las corrientes de viento en la estratosfera, que son muchas, y sus direcciones en diferentes altitudes.
Actualmente, la primacía en el uso de estos dispositivos espaciales se reparte entre China y Estados Unidos, que luchan por el puesto de excelencia. Y se espera que entre los usos por explotar con estos globos los estratorféricos dedicados a la vigilancia y los enfocados en el turismo en el espacio cercano sean las funciones favoritas.
Mientras los usos militares también podrán ser comunes, y las comunicaciones ciertamente tendrán un lugar cimero en un mundo cada vez más interconectado.
