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martes, 19 de junio de 2018

El universo (gastronómico) sigue siendo de los hombres

Por thais

A pesar de los innumerables triunfos y éxitos de los movimientos feministas en la tarea de empoderar cada vez más a la mujer, principalmente en el mundo laboral, aun continúan las desigualdades de género en diversos terrenos de la vida cotidiana. Los mecanismos de dominación patriarcales, instaurados hace siglos, continúan siendo obstáculos para que las mujeres logren hacerse un hueco en los espacios públicos. El universo gastronómico no escapa de estas ya normalizadas dinámicas sociales, al menos así también lo entienden muchas féminas que dominan los fogones, al preguntarles sobre cómo han logrado hacerse de un nombre en este mundo.

‘Con un carácter fuerte y resistente’, de esta forma definen muchas chefs cuando se les pregunta cómo lograron hacerse un hueco en el universo de la gastronomía, monopolizado por los hombres y, según miembros de este selecto club, todavía muy impregnado de sexismo. En los palmarés y concursos de alta cocina hay que buscar por largo tiempo para toparse con el rostro de una mujer. Solo dos féminas figuran en la lista británica ’50 best’ y aún es más difícil ver un nombre femenino en el firmamento de la guía Michelin, ya que estas representan menos del 5% de los chefs recompensados con estrellas.

Entre los 57 nuevos establecimientos galardonados el pasado lunes en su última edición francesa, solo figuran dos mujeres, que desarrollan la profesión junto a sus parejas. ‘No contamos con ello, los inspectores verifican la calidad de la cocina, no nos fijamos en el sexo, el origen ni la edad’, manifestó la AFP Michael Ellis, director internacional de las guías Michelin, confirmando que es ‘una cuestión de tiempo’ que cada vez haya más mujeres chefs.

Este fenómeno puede explicarse por varios factores: la idiosincrasia de un restaurante, basado en el modelo del ejército; un ambiente a menudo machista, y el hecho de que desde medios de comunicación hasta inversores, muchos las ignoren. Sin embargo esto forma parte de una estructura de poder aún mayor, que debido a largos periodos de discriminación, dominación y sumisión, se ha implantado en el imaginario social (incluyendo a las propias mujeres) que supuestamente somos el mal llamado ‘sexo débil’ (que habría que ver si los hombres pueden aguantar los dolores de un parto o de un fuerte sangrado menstrual). Por lo que a muchas mujeres les resulta sumamente difícil ocupar cargos de jefatura, ser líderes o competir, ya que la mayoría de los universos laborales están dominados por el sexo masculino.

‘En una cocina, están el mando y las órdenes. Se utilizan términos como chef, brigada, ‘coup de feu’ (disparo, para referirse al momento de más agitación). Si tus valores son la empatía y la colaboración – valores sobre todo femeninos como demuestran los estudios -, la cocina no va a ser un lugar cómodo para ti’, señala la periodista y experta gastronómica María Canabal. ‘Seas hombre o mujer, actuar como alguien que no eres es muy cansado. Muchas abandonan o ni lo intentan’, afirma Canabal, quien también es presidenta del Parabere Forum, una red que agrupa a 5.000 mujeres chefs en el mundo. Este es un aspecto muy importante para hacernos valer en los espacios públicos: agruparnos para lograr similares objetivos, de esta forma nuestras voces harán mucho más ruido.

‘Es terrible decirlo, pero me he esforzado tanto para que olviden que soy una mujer, para que los hombres me acepten en tanto que chef en el sector’, acepta a la AFP Anne-Sophie Pic, única mujer con tres estrellas en Francia.

Vérane Frédiani, periodista y directora del documental francés ‘En busca de la mujer chef’ defiende que la única forma de salir adelante es con un carácter fuerte. ‘Al menos durante los primeros 10 años de carrera, hasta que logras imponerte’. La chef brasileña Alessandra, que antes de abrir en 2012 su restaurante parisino Tempero Montagne, comprobó esa realidad trabajando en varios establecimientos, asegura que si aguantó, fue gracias a su fortaleza. ‘La cocina es un universo totalmente cerrado. Muchos chefs son propietarios de sus empresas y se creen omnipotentes. Hay un machismo puro y duro. Pero no hay que tomarse las cosas al pie de la letra. Si a mí me dicen que no sirvo, me levanto y sigo adelante’, afirma esta chef nacida en Rio, quien abrió dos restaurantes junto a su ex marido.

Canabal verifica que ‘los estereotipos están muy anclados’ en la cocina. ‘Incluso en las escuelas culinarias los profesores dicen a las chicas: tú acabarás el diploma, pero no vas a aguantar’. El acoso podría ser otro problema. ‘Todos los ambientes que son ‘male dominated’ son de riesgo para las mujeres’, añade.

Los conflictos derivados de este imaginario patriarcal pueden solucionarse de manera paulatina, como algunos se han resuelto medianamente, simplemente educando, enseñándole a la sociedad nuevos principios y valores que promuevan el respeto y la integración social, desde edades tempranas, mediante los agentes de socialización como la familia y la escuela. Sin embargo esto puede llevar mucho tiempo e incluso podría ser una utopía; por lo que, individual y grupalmente, las mujeres debemos continuar en la lucha por los derechos y espacios que nos pertenecen a todos.